viernes, 2 de noviembre de 2012

El origen del fuego.

Enséñame tus dientes, dime cuanto estas dispuesto a amar, porque cada vez que me agarres con rabia para no dejarme ir, cada vez que me arañes la espalda muy fuerte dejándote llevar en el asiento trasero del coche o en el colchón de esa habitación vacía, me sentiré vivo. Sabre que esto es lo que espero cuando la sangre recorra los poros de mi piel. Cuando te decidas a apretarme la mano hasta obstruirme las venas no tendré duda de que mi mayor obsesión sera estar a tu lado en cualquier momento. Si en algún momento necesitas morderme el labio inferior hasta querer arrancármelo, no lo dudes, porque puede ser que vuelva a respirar cuando me acabe de quedar sin aire en mis pulmones. 
Tu piel, mi cabeza y su estrecha relación basándose en la locura. 
Tu torso desnudo, motor de mi corazón.
Tus infinitas pestañas, la caricia mas delicada que puedo experimentar.
Tu forma de caminar infinita provocadora de mi sonrisa.
Tus manos, artífices de las mayores sensaciones que me llevan a rozar el mas fuerte de los infartos.
Y tus labios, sobre todo tus labios.
Recuerdalo siempre, no pierdas el tiempo en olvidarlo, a pesar de todas nuestras partes, de todo lo que nos une, de lo que nos separa, somos DOS.



sábado, 15 de septiembre de 2012

Mas "NO" que palabras.

No eres consciente de nada. No es tu mundo. No son tus problemas. No son tus dudas. Son lo nuestro, de dos. Cada vez que todo se te derrumba, de que no ves nada mas allá que el huir, el correr para evitar el problema, mi respiración se para y no como normalmente suele hacerse en el asiento trasero de ese Seat blanco cuando tu piel y la mía son una... No, se para porque odio todo esto. No exijo que todo sea fácil, era yo el que debería de ponerte la seguridad en bandeja. ¿A caso sabes lo que daría porque volvieses a ser como antes? ¿Sabes lo que dejaría porque me hablases a cada rato por chat y sin dejarme contestar me pusieses un "eii"? ¿Sabes lo que lucharía porque me llamases "soso" según tu, con motivos? No lo sabes, o a lo mejor no quieres darte cuenta... Y no lo haces, no te das cuenta de que hoy estoy aquí, de que suspiro a cada rato por permanecer, porque sabes que el día que mi espalda no pueda con tanto peso voy a lanzarlo todo muy lejos, tan lejos que me olvide de su existencia y las cicatrices puedan curarse como la piel de la animadora de Héroes. No se en que piensas cuando me tienes lejos, yo pienso en ti. No me cabe duda de que me quieras, a quien si le cabe es a ti. Es hora de que dejes de colgarte en mi y me ayudes a tirar hacia arriba. Porque no pasa un día sin que mis labios echen de menos a los tuyos. Porque no hay nada comparado con el olor de tu cuello. Porque no dudaría en perderme una y otra vez entre tus brazos. Porque no eres solo mi pareja, eres la confianza que puedo tener con mi mejor amigo y los sentimientos que solo puedo tener contigo. Y porque no voy a permitir que te falten mis mis abrazos fuertes y no puedas pedírmelos.


lunes, 20 de agosto de 2012

Espera, le dijeron a la paciencia.

Para no hacer una entrada pastelosa, tengo de fondo a Bruno Mars, ¡Que gran acierto! Pero no con el mismo acierto ni la misma puntería ha sido con lo que he encontrado algo. Algo que no buscaba, ¿O si? Para contestar a esa pregunta deberíamos saber si las medicinas, las curas, los remedios caseros o cualquier otra cosa que te ayude a aliviar un dolor se buscan o simplemente se encuentran sin rebuscar mucho en el botiquín. 
Y ahora, es cuando yo encuentro la respuesta, escribiendo estas lineas: No. No es ninguna medicina, porque mi herida estaba curada de antes. No es una cura, porque nadie ha me ha ayudado a llegar hasta ella, fue un simple vistazo, una foto que a mi me llamase la atención: Fuero la sinfonía de la linea de sus labios, o su penetrante mirada, dentro de un contorno de pestañas bien marcadas que decían, te he encontrado. Y no, no es un remedio casero, por el simple hecho de que no he elaborado nada. Todo ha salido como debía salir: Muy despacio, al ritmo de años sin lluvia como decía aquella chica de la tan odiada factoría Disney, casi tanto como para llegar a desesperar mi calma, cosa difícil conociéndome. 
He llegado a patalear, a suspirar casi tan fuerte como para que se diese cuenta a 14 kilómetros que separan su cama de la mía, e incluso he llegado a perder la esperanza haciendo amago de tirar el móvil al suelo sin miedo a que se rompiese en tantos pedacitos como letras tuviese la frase "Josemi, entiéndeme, pero no puedo". 
Pero de esta situación solo tengo yo la culpa, bueno, yo y el haber crecido como un niñato malcriado que ha tenido todo lo que ha pedido por su boca. Claro que me he llevado chascos, claro que me han roto el corazón ¿A caso no has leído el principio de la entrada? Pero alguien ha decidido que es hora de crear un equilibrio, le encantan los equilibrios, entre el gusto de tener lo que se pide y el dolor de tener que esperar a ello.
A jodido, y ya no. Ya no jode, porque lo único que necesitaba para asegurarme que estaba preparado para esto ha sido muy simple: Un cóctel entre una canción de Supersubmarina que evocaba a este texto y algo mucho mas complejo.
Algo como una caricia para sentir el raspar de su escasa barba en mis labios al terminar la canción, que poco a poco su boca tomase posesión de su cobardía y buscase a la mía, los míos se deslizaban por su comisura con un destino, que él encontrase el suyo. Y entonces una voz resonó en nuestros oídos: Próxima parada "El Paraíso". Había pasado mucha gente por aquella estación, pero nadie había llegado a llenarla de aquella manera.
Y ahora, aun se sorprende si voy conduciendo a 70 y paro el coche bruscamente. Que no. Que no llevo equipaje, que no pretendo ir a ningún sitio, que mi único destino esta en tus labios.

Camiseta Pull and Bear
Gorro EMP



miércoles, 18 de julio de 2012

A ray of light in the middle of storm.

Un mes casi sin escribir, justamente el tiempo que ha durado la tormenta. Es verdad, está mal llamarle tormenta, no ha sido así. Ha sido más un diluvio universal, todo lo que tiene que ver con lo mismo acaba siéndolo.
Pero ahora, todo lo oscuro parece desvanecerse. Parece que poco a poco, cuando voy cayendo a mis pies, sin fuerzas y escalando la montaña más alta sin ningún arnés que me sujete, se va abriendo un trocito de luz en mitad de esas nubes que no me dejan ver.
Parpadea, muy lentamente. Posiblemente en realidad ese rayo de luz no tenga la intensidad con la que yo lo veo, no lo dudo. Pero ahora mismo el mínimo canto de un pájaro me haría ver que la oscuridad es efímera, que vale más la pena quedarme de pie que aguantar mi columna vertebral con las cuatro extremidades.
Ese rayito que sabe sacarme una sonrisa con el mínimo destello cuando un numerito blanco en un circulito verde se alza sobre su foto, cuando veo alguna "S" que le relacione. Sus inocentes ojos, sus ganas de morir al tenerme cerca, su pícara sonrisa... Ahora mismo lo único que quiero es que estas dos semanas pasen como segundos y subir por esa débil escalera de papel que puede llevarme hasta allí. Para acabar abrazándole en algún sitio desértico, mientras no encuentra una seguridad y yo se la ponga en bandeja. 
No tengo nada que perder, la sonrisa ya la he recuperado.


Sombrero y camisa Sfera

jueves, 21 de junio de 2012

Pieles "Mentiras, rencores, traiciones y sentimientos" Segunda parte.

Somos imbéciles. Sí. Y es que no nos damos cuenta de que valoramos más a quien menos importamos que a quien realmente daría seis tercios de su vida por nosotros.
La típica y miserable frase de: "No sabes lo que tienes hasta que lo pierdes". Nos sirve de comodín, y la tenemos ahí de fondo de armario. Yo y seguramente mucha gente más, la cogería y la modificaría tal que quedase algo como: "No sabes lo que tienes hasta que lo pierdes y lo vuelves a recuperar". 
Cuanto más te importe, más vas a pasar de ello una vez perdido, y eso mismo te va a echar de menos una vez esté perdido, sin rumbo, sin ti. Y tu vas con la esperanza de cuando vuelva a ti, valore lo que ha perdido. JÁ. No... O por lo menos no del todo.
A esto le vamos a unir el que se supone que sería el hecho más significante, y al que menos valor se le da.
Algo que puede costarle la vida a alguien demasiado cercano a ti, y con quien además no tienes una sana relación. ¿Cómo te sentirías si no pudieses decirle "lo siento"? Pero ni aún teniendo la oportunidad eres capaz de pronunciar ten simples palabras.
Podría citar algunas razones más del porqué somos imbéciles, pero les daría un protagonismo del que carecen.
Luego está quien más te quiere. Oh! Qué bien! ¿Tengo que agradecerte todo lo que haces por mí aun comportándote con ese comportamiento tan innecesario y clavando esas finas agujas en el sitio donde sabes perfectamente que más duele? Entonces si es mi deber, puedes esperar de rodillas, tal vez.
¿Os parece bien que hablemos de los secretos? Pero que imbécil! Cómo no os va a parecer bien si el mejor tema de conversación es un secreto, y ojo! da igual de quien sea, eso es lo que menos importa.
Vamos a seguir sumando. ¿Porqué no? Sumamos a gente que no valora lo que tiene. A mentiras que carecen de credibilidad. A quien se cree que forma parte de la anatomía de quien más quiere. A quien martiriza a su mente con un: "No está bien", "Tú no eres así", "¿Qué dirán?" y dejan reprimir sus tentaciones a un estado casi inexistente. A quien da su vida por quien no da lo suficiente, una vez más. A quien intenta ser recordado con una sonrisa en el recuerdo de todo el mundo y acaba siendo una mierda con él mismo. A quien intenta superarte, subirse encima de ti, aún sin conocer tu altura o hartura. 


Desde aquí, uno más, un imbécil más a quien le encanta todas estas cosas, porque recuerda que: "Cuanta más pesada sea la piedra, más fuerza habrás conseguido cuando te dispongas a coger otra."


Chaleco Vintage.




lunes, 28 de mayo de 2012

No eran las luces, era ella.

Ahora que no tengo voz, y que solo puedo expresarme mediante esta entrada en este rinconcito de mi blog, es tiempo para agradecer.
Era ella quien aquella noche de principios de Mayo estaba allí, a las tantas de la madrugada, entre esa espesa niebla, ese maravilloso paisaje, delante de aquellas vistas de aquel inmenso pantano. 
A lo lejos una multitud de pequeñas lucecitas iluminaban las vistas. Me senté en una mesa de madera del jardín, ella no dudó un momento en sentarse a mi lado, y echarme dos mantas por encima para combatir aquel helado frío. Me abrazaba, echó su cabeza en mi hombro, y me pidió un cigarro, le dí uno, uno de los tantos que yo pude fumar en apenas cinco minutos. Cogí la botella de Vodka, me di cuenta, se dio cuenta de que estaba por la mitad, y conforme los tragos iban bajando y quemando mi garganta, las gotas iban empañando mis ojos, cayendo por mis mejillas mientras otras nos caían encima por los huecos que dejaba el árbol que nos cobijaba. 
Veía, veía. ¿Qué veía? Una cosita, ¿qué cosita sería?
Yo en ese momento solo veía los Blue eyes, la cantaba, mientras no podía articular palabra. Ella tampoco lo hizo, no hacía falta.
Habíamos vivido muchas cosas, por mi vida había pasado mucha gente. Tal vez, quedaba poco para que se fuese, tal vez no. Tal vez algún día no estuviese ella. Se fuese como tantas personas se han ido.
Pero en aquel momento me dí cuenta que era ella la que me completaba, yo era quien le completaba a ella. 
Terminé la botella de Vodka, la tiré al suelo. Era algo inservible en aquel momento. Solo la necesitaba a ella. Y ella llevaba rato estando allí.
Vosotros solo la conocéis por Little Bitch, Charlotte Anois, la delegada de la clase, la bollera del instituto o la puta de Lucena, pero solo yo sé quien es Alba. Y me siento tremendamente orgulloso de ello.



jueves, 24 de mayo de 2012

Ríete tú de tanto y tantos.

¡Qué sorpresa! Debería ser una entrada pastelosa manifestando los sentimientos de aquella noche, sí, la de las luces. Pero, como no soy muy fan de hacer lo mismo que esos "intentos" que no tienen los suficientes criterios como para enfrentarse cara a cara a alguien y se desahogan poniendo ya no verdes, si no de todos los colores posibles a alguien en un blog, no la voy a subir, por lo menos no hoy, porque aseguro que no quedaría tan bonita como debe ser. Hoy nadie lo merece.
Tranquilidad interior:
-Porque sabes que a la persona que te salpica con la mierda que desprende cuando intenta mover pieza en el ajedrez que tiene montado en su cabeza, la conoces perfectamente, y pasas de cosas como estas como de zamparte un cacho de tocino mohoso. 
-Porque sabes que quien más te ha echo soñar, quien más te ha echo estremecerte, para luego acabar echando de menos por cada rincón de tu hábitat, ya no es tan imprescindible en tu vida, que la puedes sustituir por unas zapatillas monas de cordones marrones. Aún sabiendo que al mínimo roce con su halo vas a hundirte de nuevo en ese pozo oscuro.
-Porque sabes quien es quien está en tu muñeca siempre, aunque te molesten todas las pulseras y te las quites, siempre va a haber alguna que no se pueda quitar, que sea permanente, y ahora que la miro no hay una, si no dos, de una misma persona, de esa persona a la que irremediablemente siempre vas a querer un poquito más.
-Porque te sobran planes, ganas e ilusión que fundir en un fin de semana, que te cambiará aunque tú no lo quieras, que hará que saltes, que grites y que saques todo lo oscuro que se engancha a tus pulmones, todo menos esos Fortuna que te metes cada día.
-Porque ves, como otros se van poco apoco enterrando ellos mismos, ves incluso cómo se hacen sus propias coronas de flores, y con temperas de "La pajarita" se escriben un: De tu ego, dignidad y orgullo que no te olvidan. 
-Y porque sabes quien eres, todo lo que estás haciendo y el camino que aún te falta por recorrer.
Por todo eso, hoy, por lo menos hoy, te mereces un paseíto, cafelito e incluso un heladito con tu ego.

Camiseta Primark.