jueves, 26 de abril de 2012

Suspendido.

Cuando tienes lo que durante tanto tiempo ansiabas tener, quieres subir otro escalón, no puedes parar. Yo ahora mismo tengo un vértigo atroz. Digamos que ya me he caído antes por estas escaleras, varias veces siendo francos. No quiero subir más, quiero sentarme en este escalón, encenderme un piti, y ver como se consume mientras me hace sentir que mi cuerpo es solo humo que queda suspendido en el aire hasta desaparecer. Pero es gracioso, porque aun así, todos dan por hecho que voy a levantarme, voy a subir otro escalón y voy a salir rodando escaleras abajo de nuevo. Bueno ¿Y qué? Os recuerdo que estoy aquí sentado y hace unos días que padecía una invalidez que me impedía subirlas, así que dejadme que me acabe el piti en paz.

Gafas Primark
Pañuelo Blanco


lunes, 16 de abril de 2012

Nadie.

Nada me hace elevarme tres palmos del suelo ahora. Es por eso que necesito someter a mi cuerpo a emociones causadas por sustancias y no por roces con otra piel.
Todo gira, todo se mueve pero mi cuerpo está estático. Todo a mi alrededor es caos, o por lo menos así lo creen ellos. ¿No soy yo quien debería estar sacrificando mi sonrisa martirizándome con simples recuerdos?
Soy yo, ese chico que está tumbado en el suelo para amortiguar el golpe de alguien que decide saltar por diversión. Ahora soy yo el que está arriba, a mí me obligan a saltar, pero miro al suelo y está desnudo, si salto puede que me rompa algunos huesos, o quizás todos.


Americana H&M
Camisa Primark
Pantalones Formul@ Joven

lunes, 9 de abril de 2012

Little Prince´s Kingdom.

Nunca he encajado aquí, y menos ahora. Vivo en un pueblo donde lo más interesante que puedes escuchar cada día son las agonías por la muerte de alguien que emiten las campanas de la iglesia. Si le llamase a esto mierda, solo me uniría a una multitud más.


Eso sí, tuve una infancia feliz. ¿Quien no? Cualquier capitulo de los Pitufos o de Sailor Moon, me anestesiaba. Recuerdo aquellas noches de verano, donde lo único que importaba era quien se la quedaba el primero para jugar a esconder o las disputas entre qué cuento nos contaría esa noche Don Rafael. (No me cansaba de escuchar "Barba azul"). Lo que me preocupaba es que mi madre no se enterase de que estaba en casa de la vecina jugando a las Barbies. Sentado en la puerta de casa, esperaba con ansias mi bocadillo de salchichas con ketchup.
Lo pasaba en grande preparando las coreografías para el fin de curso o pasando todo el tiempo que podía con mi mejor amigo viendo Vía Digital, jugando a la Nintendo, descubriendo supuestas casas encantadas y lugares del pueblo inexplorados aún. Me hacían sentir importante todos aquellos compañeros de clase que esperaban con ansias a que les dedicase un dibujo en sus agendas. Y disfrutaba cuando se peleaban por sentarse a mi lado en el bus cuando íbamos de excursión.
Irme los veranos a Marbella para quedarme durmiendo mientras pasaba la noche de juerga con papá, mamá y sus amigos. Que mi hermano se pusiese malo para que se tirase todo el día en casa haciéndome teatrillos con mis muñecos. Ir a Madrid a hacerle visitas a mi hermano mayor. Pero sobre todo, me encantaba, sentarme en las rodillas de mamá y que me rascase la espalda hasta quedarme dormido.
Con eso es con lo único que me siento unido a este lugar, con mi infancia.


Ahora ya soy todo un hombrecito, y mi hábitat natural es la ciudad, las tiendas, los pub´s, la gente...
Es por eso que me la sopla tantísimo toda la gente de aquí, porque son simples mediocres de mente claustrofóbica,  con sueños y futuros limitados, cuales ciclos de vida son: Nacer, crecer, subirse a una bicicleta, estudiar en el pueblo de al lado, hacer botellón en la puerta de las piscinas, casarse con alguien del pueblo, reproducirse, envejecer, criticar y acabar en uno de los tantos nichos del cementerio.


Yop de joven.

viernes, 6 de abril de 2012

Tentaciones no, que me enamoro.

Los cúmulos de recuerdos que te hacen reflexionar y darte cuenta de que el único momento en el que se vive es todo aquel en el que tus pies no tocan el suelo. Tu pulso se acelera más de lo normal si eres consciente de que en breves instantes serán dos presencias las que ocupen tu integridad. Tus hormonas montan su propia fiesta de la primavera mientras que tu cuerpo se sumerge en una botella de Jack Daniels. Tu respiración es constante, pero solo al ritmo que puedan marcar otros iris que no sean los tuyos.
Solo puedes tener el control cuando sabes diferenciar cuando se cae en las tentaciones o cuando las tentaciones nacen de una caída.
La tentación al final siempre va a dejarte un sabor a regaliz, el más amargo que puedas comprar en el kiosko.
La caída, con el tiempo, puede hacerte recordar un placentero sabor a helado del caramelo más dulce.
Eso sí, a las dos puedes echarlas en falta con diferente nivel de intensidad.



jueves, 5 de abril de 2012

Pieles "Mentiras, rencores, traiciones y sentimientos" Primera parte.

Un protagonista más de una serie sobre un grupo de adolescentes americana o incluso británica si lo piensas. Rodeado de diferentes personas, diferentes personalidades pero bastante marcadas, que crean situaciones ficticias si no lo vives.
Los enamoradísimos, o los no tanto, el que vive al límite, el que se reprime, la zorra mentirosa a la que todo el mundo adora, el que no se entera de nada, el que se entera de todo, la del corazón enorme, la soñadora que nunca alcanza ninguno... Personajes tópicos, tal vez.
No he decidido que mi vida sea así, porque si todo estuviese planeado, las cosas serían diferentes.

Dentro de un círculo de rencores, que todo lo complican.
Apartando los sentimientos, por miedo a algo que ni siquiera se conoce.
Traicionando a quien más se lo merece, que al fin y al cabo, es quien más te importa.
Y mintiendo a la persona menos indicada, a ti mismo.

Puede ser que estemos a manos de unos morbosos guionistas, que busquen todo esto, que crean ser redactores de Gran Hermano queriendo que nosotros mismos confundamos lo que sentimos sobre todo, y ante todos.
Y solo nos queda una cosa, la oportunidad de elegir. Es lo único que no nos hace sentir un Sim más.
Aunque no puedo satisfacer necesidades, no voy a cancelar acción, intentaré quemar consecuencias en vez de la cocina.


Beisbolera de Zara.




martes, 3 de abril de 2012

Pisando página.

Hacía buen tiempo, pese a ser pleno invierno. Suena cursi decir que sus enormes ojos azules iluminaban el día más que el sol, lo hacían. Llamémosle sol porque pudo calentar mis helados pies en aquella cama, el día más frío. Y pese a que desde el principio supe que no había final feliz, seguí intentándolo. Lo pasé bien, y me hizo sentir aún mejor, pero eran solo momentos, ahora son solo recuerdos. 
Sentía que tenía el poder de todo, menos de mí. Seguramente eso fue lo que le hizo permanecer aquí. 
Quiso hacerme creer que era un monstruo dentro de un cuerpo de dios griego que jugaba con los sentimientos de las personas. Tanto quiso mostrármelo que acabé viendo lo débil que pudo llegar a ser en algún momento determinado. Fue entonces cuando se asustó, ahora ya le conocía de verdad, era yo quien podía jugar con sus sentimientos. Lo he hecho, pero no me siento orgulloso de ello.
Ahora mis pies consiguen pisar suelo, y no están helados.
Lo único que deseo es que cada gota se lleve los recuerdos, los únicos que duelan, porque hoy llueve, y más que nunca.

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