lunes, 9 de abril de 2012

Little Prince´s Kingdom.

Nunca he encajado aquí, y menos ahora. Vivo en un pueblo donde lo más interesante que puedes escuchar cada día son las agonías por la muerte de alguien que emiten las campanas de la iglesia. Si le llamase a esto mierda, solo me uniría a una multitud más.


Eso sí, tuve una infancia feliz. ¿Quien no? Cualquier capitulo de los Pitufos o de Sailor Moon, me anestesiaba. Recuerdo aquellas noches de verano, donde lo único que importaba era quien se la quedaba el primero para jugar a esconder o las disputas entre qué cuento nos contaría esa noche Don Rafael. (No me cansaba de escuchar "Barba azul"). Lo que me preocupaba es que mi madre no se enterase de que estaba en casa de la vecina jugando a las Barbies. Sentado en la puerta de casa, esperaba con ansias mi bocadillo de salchichas con ketchup.
Lo pasaba en grande preparando las coreografías para el fin de curso o pasando todo el tiempo que podía con mi mejor amigo viendo Vía Digital, jugando a la Nintendo, descubriendo supuestas casas encantadas y lugares del pueblo inexplorados aún. Me hacían sentir importante todos aquellos compañeros de clase que esperaban con ansias a que les dedicase un dibujo en sus agendas. Y disfrutaba cuando se peleaban por sentarse a mi lado en el bus cuando íbamos de excursión.
Irme los veranos a Marbella para quedarme durmiendo mientras pasaba la noche de juerga con papá, mamá y sus amigos. Que mi hermano se pusiese malo para que se tirase todo el día en casa haciéndome teatrillos con mis muñecos. Ir a Madrid a hacerle visitas a mi hermano mayor. Pero sobre todo, me encantaba, sentarme en las rodillas de mamá y que me rascase la espalda hasta quedarme dormido.
Con eso es con lo único que me siento unido a este lugar, con mi infancia.


Ahora ya soy todo un hombrecito, y mi hábitat natural es la ciudad, las tiendas, los pub´s, la gente...
Es por eso que me la sopla tantísimo toda la gente de aquí, porque son simples mediocres de mente claustrofóbica,  con sueños y futuros limitados, cuales ciclos de vida son: Nacer, crecer, subirse a una bicicleta, estudiar en el pueblo de al lado, hacer botellón en la puerta de las piscinas, casarse con alguien del pueblo, reproducirse, envejecer, criticar y acabar en uno de los tantos nichos del cementerio.


Yop de joven.

1 comentario:

  1. Muy bonito, Josemi. Te envidio, yo no he tenido una infancia tan feliz, ni fácil pero creo que la peor etapa de mi vida ha sido desde los 11 a los 16 y medio años. Sin duda la Edad Media de mi vida. Ahora llega el Renacimiento gracias a ti y otras muchas personas. Espero que en esta nueva década de tu vida seas tan afortunado como en tu niñez.

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