lunes, 20 de agosto de 2012

Espera, le dijeron a la paciencia.

Para no hacer una entrada pastelosa, tengo de fondo a Bruno Mars, ¡Que gran acierto! Pero no con el mismo acierto ni la misma puntería ha sido con lo que he encontrado algo. Algo que no buscaba, ¿O si? Para contestar a esa pregunta deberíamos saber si las medicinas, las curas, los remedios caseros o cualquier otra cosa que te ayude a aliviar un dolor se buscan o simplemente se encuentran sin rebuscar mucho en el botiquín. 
Y ahora, es cuando yo encuentro la respuesta, escribiendo estas lineas: No. No es ninguna medicina, porque mi herida estaba curada de antes. No es una cura, porque nadie ha me ha ayudado a llegar hasta ella, fue un simple vistazo, una foto que a mi me llamase la atención: Fuero la sinfonía de la linea de sus labios, o su penetrante mirada, dentro de un contorno de pestañas bien marcadas que decían, te he encontrado. Y no, no es un remedio casero, por el simple hecho de que no he elaborado nada. Todo ha salido como debía salir: Muy despacio, al ritmo de años sin lluvia como decía aquella chica de la tan odiada factoría Disney, casi tanto como para llegar a desesperar mi calma, cosa difícil conociéndome. 
He llegado a patalear, a suspirar casi tan fuerte como para que se diese cuenta a 14 kilómetros que separan su cama de la mía, e incluso he llegado a perder la esperanza haciendo amago de tirar el móvil al suelo sin miedo a que se rompiese en tantos pedacitos como letras tuviese la frase "Josemi, entiéndeme, pero no puedo". 
Pero de esta situación solo tengo yo la culpa, bueno, yo y el haber crecido como un niñato malcriado que ha tenido todo lo que ha pedido por su boca. Claro que me he llevado chascos, claro que me han roto el corazón ¿A caso no has leído el principio de la entrada? Pero alguien ha decidido que es hora de crear un equilibrio, le encantan los equilibrios, entre el gusto de tener lo que se pide y el dolor de tener que esperar a ello.
A jodido, y ya no. Ya no jode, porque lo único que necesitaba para asegurarme que estaba preparado para esto ha sido muy simple: Un cóctel entre una canción de Supersubmarina que evocaba a este texto y algo mucho mas complejo.
Algo como una caricia para sentir el raspar de su escasa barba en mis labios al terminar la canción, que poco a poco su boca tomase posesión de su cobardía y buscase a la mía, los míos se deslizaban por su comisura con un destino, que él encontrase el suyo. Y entonces una voz resonó en nuestros oídos: Próxima parada "El Paraíso". Había pasado mucha gente por aquella estación, pero nadie había llegado a llenarla de aquella manera.
Y ahora, aun se sorprende si voy conduciendo a 70 y paro el coche bruscamente. Que no. Que no llevo equipaje, que no pretendo ir a ningún sitio, que mi único destino esta en tus labios.

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