viernes, 11 de mayo de 2012

Solo está en mis venas y en sus ojos.

Recorre cada parte de mi cuerpo, a veces le da por pasar por el corazón, pocas veces pasa por mis dedos, pero cuando lo hace, puedo a llegar a experimentar la sensación más cardíaca que haya pasado por mi mente.
Nadie, repito, nadie lo entiende. Todos hacen como si tal, se empeñan en hacer creer que lo hacen. No. Solo yo, si alguien lo entendiese, me elevarían milímetros de las ascuas que a veces piso con los pies descalzos.
Dos, no, cuatro ojos claros, de un azul casi perfecto, ¿Qué digo? El azul es mi color favorito, claro que es perfecto. Los miro y siento que las venas me estallan, que quieren brotar, encontrarse con ellos y gritar que se sienten comprendidos, ¿Cómo no? es el azul el que intenta unirlos.
¿Para qué voy a recordarles cada día algo tan obvio como lo que siento? Si un par de ojos me lo recuerdan cada día, y otros lo hacen muy de vez en cuando. Y no, no puede estar repartido, unos mucho y otros muy poco.
Es el motivo, quizás, por el que sonrío escribiendo esta entrada, inocente de mí...


No hay comentarios:

Publicar un comentario