lunes, 31 de diciembre de 2012

A última hora

Tantas y tantas cosas han pasado por mis manos, por mi cabeza y sobre todo por ese lugar tan profundo de mi pecho durante este año que si me dedicase a describirlas enteramente podría ocupar un tercio de toda la red mundial y sobre todo os tendría varios días seguidos leyendo esto.

El año comenzó conociendo gente, y no solo de una manera literal. Conociendo gente a la que ya conocía también. Acabé hipnotizado por unos ojos tan llamativos como la luna más llena en el cielo más oscuro. Sabía que el futuro allí, entre esos brazos era tan desvanecedor que podría hacerme toser el polvo que respirase hasta dejarme sin conocimiento, y así llegué a verano.
Un verano, vivencias y una compañía que me han hecho viajar mentalmente. Me he encontrado en una carretera desértica de California, sentado en la parte trasera de un descapotable rojo, con unas gafas de sol que impedían que la luz me cegase mis débiles pupilas por la resaca. A mi lado una larga melena me impedía  ver el paisaje pero su suave tacto conseguía relajarme tanto... Delante, conducía alguien que se supone que sabía quien era podía cerrar los ojos porque sabía que no nos iba a estrellar. Puedo decir que el videoclip de algún cantante popular entre un grupo con las adolescentes más rebeldes y reivindicativas se quedaría como breve resumen de este verano.

Y fue entonces, en verano, cuando vi a mi vida pasar delante de mis ojos. Vi todo lo que siempre había deseado, lo que busqué entre unos brazos, entre otros y nunca encontré, hasta entonces. Ninguna pieza había nunca encajado tan bien en esta parte del puzle. Todos los compuestos químicos habían acabado en erupción, pero éste, mantenía el agua calmada y con el azul más intenso que se pueda llegar a alcanzar. Lo vi, y al principio ni siquiera me fijé. Me detuve un segundo o cuatro meses, no estoy seguro, para mirarle a los ojos o quizás besé sus labios, ya no me acuerdo o no quiero hacerlo, y entonces solté su mano. Yo había buscado y había encontrado, con tan mala suerte de que él era ahora cuando empezaba a hacerlo.



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